ARTÍCULO DE OPINIÓN. DROGAS EN LOS JÓVENES

Cada vez son más lo jóvenes que se dejan influir por conductas copiadas centradas en el consumo, la venta y la compra de sustancias prohibidas, Drogas. Este elemento perjudicial para todos se ha introducido en la sociedad de una forma inesperada hecho que ha encendido todas las alarmas en nuestro gobierno y en nuestro entorno.

Referente a esto he redactado el siguiente artículo donde trato este tema tan problemático desde un punto de vista real y actual. Para ver el documento basta con pinchar en el siguiente link, donde podréis apreciar el documento pdf asociado al artículo.




http://www.scribd.com/doc/23341951/Articulo-Drogas-por-Malene-Quintana%22%3E

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RESUMEN "JUAN CACHO O UN CACHO DE JUAN"


Juan, hombre, treinta y pico años, trabajador en una academia, profesor de clases particulares, soltero y con algo más que dejadez en sus tareas, se dispondrá a pasar el verano más movido de toda su vida

Conocerá a una muchacha en la academia donde da clases “La Milagrosa”, llamada Amparo, una muchacha de algo más de 20 años que trastocará todas las hormonas de nuestro protagonista.

Toda la historia se centra en un barrio humilde. Tras convocada una reunión en el bloque, Juan Cacho es testigo de la muerte de la mujer del presidente del bloque.

Juan Cacho comienza una investigación tras encontrar varias pruebas que hacían culpable al presidente del asesinato de su mujer.

Nieves su vecina, Ángel el hermano de Nieves y su mejor amigos el Dedos (llamado así por su habilidad en los dedos para robar); lo ayudan a encontrar todas las piezas del crimen.

Encuentran en la casa del presidente un montón de cedes en el que el contenido era el mismo un cuarto de baños de señoras donde entran mujeres y hacen sus necesidades, y películas porno del presidente con chicas jóvenes, de la cual le sorprende la presencia de Amparo en una de ellas.

En la academia encuentran unas webs, y la cámara en el cuarto de baños donde se grababan a las chicas.

Al parecer Odón Camuñas (el presidente) y Jaime Calahorra (dueño de la academia y de las webs) estaban en complot para estos asuntos turbios.

Nuestro protagonista ata todos los hilos, y llega a sus propias conclusiones, el presidente ha matado a su mujer delante de todos.

El motivo del asesinato era sencillo, su mujer representaba un estorbo para sus planes.

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PRÓLOGO “JUAN CACHO O UN CACHO DE JUAN”


Francisco Palacios Chaves es sin lugar a dudas, uno de los autores más desconocidos del panorama literario español. Inició su carrera literaria allá por 1983 con una redacción sobre la Navidad cuando cursaba 1º de BUP, lo que le valió halagos por parte de su profesor y cachondeo del resto de la clase. A partir de este momento, inició una meteórica ascensión hacia la nada más absoluta. Nacido en Málaga, licenciado en Ciencias Matemáticas y uno más de aquellos nacidos en los 70 - aquejados de Titulitis Universitariae - que hoy día trabajan en cualquier cosa menos en aquello para lo que se han estado preparando durante años de abnegada dedicación.

Su dilatada experiencia profesional le ha hecho profundizar en temas de carácter cotidiano y cercano a la población, circunstancia que conjunto con las escenas realistas y el característico vocabulario, a veces tachado de vulgar, le ha valido para recibir las críticas de compañeros de profesión, aunque realmente no creo que todos hayan cursado la Licenciatura de Ciencias Matemáticas.

Es una especie de Miguel Mihura con su obra “Tres sombreros de copa”, pero lejos del teatro o tal vez el argumento del crimen se asemeje a García Márquez con “Crónicas de una muerte anunciada” pero sin ser galardonado con el Premio Nobel de Literatura.

Poniéndonos serios no es un autor común, tiene un estilo propio y una peculiar forma de entender la literatura, y esto se plasma en sus textos, a tal punto que cualquier persona con ganas de cachondeo, buena visión de la realidad y un poco de “por favor”, pasará un buen rato con esta obra; es más, me aventuraré a decir que incluso desearían en ocasiones que está no acabara.

Centrando un poco el contenido de este prólogo en lo realmente importante, que es la obra “Juan Cacho o un cacho de Juan” destacaré que es una obra amena y divertida con la que podrán pasar un buen rato de risas y carcajadas.

Te tienes que reír con sus expresiones, porque si no lo haces puede que no tengas sentido del humor y entonces te aconsejaría que fueras al médico que lo tuyo es algo gordo.

La historia no trata de símbolos desconocidos, esfinges hermosas o amores imposibles, es algo tan simple como un verano de un treinta añeros que se enamora de una joven menor que él, lo que se traduce en un periodo estival altamente anormal y divertido.

Esta historia de amor se desarrollará en un clima de actualidad y realismo donde leeremos situaciones que ocurren hoy día en nuestro entorno; ligoteo en chats, devaneos amorosos, páginas pornos, borracheras,… En definitiva todo aquello que rodea a un treinta añeros soltero y sin compromiso que tiene ante sí el veranos más raro de su vida.

Sin más, espero que la obra sea de su agrado, que disfruten con su contenido y que las expresiones y los comportamientos de los personajes nos sean motivo de sus críticas, ya que su única intención es reflejar una realidad que garantice unas risas en sus lectores.

Atentamente Marlene Quintana Gil, a quién esta obra sirvió como terapia lúdica y supuso una forma de aislarse de los problemas que surgen en la vida real.

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MINI RELATO

AMOR CIEGO

Habían quedado como siempre, a la misma hora de la tarde; en aquel rincón alejado de la casa de los padres de ella y de sus amigos o de alguien que los conociera. Por alguna razón nadie aceptaba está relación, pero ellos se querían demasiado, y no les importaba que estuviera prohibido su encuentro, su unión.
El había llegado temprano a la cita, esperaba con impaciencia para poder verla, el tiempo pasaba lentamente como si nunca fuera a llegar; ya nadie en aquel lugar podía ver; miraba paulatinamente su reloj y la esquina de la calle de al lado.
No sabía si ella iba a venir, se sentía nervioso, desesperado, quería verla y con más ganas que nunca; media hora de retraso, con las esperanzas perdidas y con disposición a marcharse; alzo la vista y pudo avistar a lo lejos la silueta de alguien conocido que conforme se acercaba, avivaba el corazón del chico devolviéndole de nuevo la sonrisa.
Venía con prisa y cara de preocupación, pero no sabía que a él ya no le importaba que hubiese llegado tarde, estaba feliz, pues había asistido a la cita, el simple y mero hecho de verla le bastaba.
Se abrazaron fuertemente como si llevaran dos meses o más sin verse, continuado de un beso apasionado que duró un buen rato; comenzaron a andar sin disponer donde, más bien hacia ningún lugar, agarrados de la mano y en silencio. Él andaba con la vista fijada al frente, pensativo, algo le preocupaba y no era la tardanza ni nada de lo anterior, era algo más importante que lo hacía sentir muy triste.
Mientras paseaban lentamente, ella miraba sin despegar sus ojos del perfil del chico y su corazón latía muy deprisa. Esos ojos verdes intensos miraban con ternura a la persona que más quería en el mundo, y aquella tarde no habían pronunciado palabra, pero no se habían percatado de ello. Estaban juntos y eso era lo que importaba. Poco a poco se fueron parando apretándose de la mano por la que se sujetaban, colocándose de un giro frente a frente; ella se sentía muy bien, sus ojos y sus gestos radiaban felicidad, que él notaba demasiado y que impedían decirle aquello que llevaba dentro.
Después de todo el tiempo en completo silencio, se escucho un te quiero seguido de otro, un abrazo y un beso, como en un principio, pero esta vez con más intensidad; ella empezaba a notar preocupación en él, y él lo ocultaba lo mejor que podía, preguntando sobre su relación en casa, en clase, sobre cómo había salido aquel curso que tanto le costó, entre otras cosas más.
Ella contestaba con breves y determinantes adverbios alejándose de aquella conversación. No quería hablar, estaba demasiado cariñosa y sentía la necesidad de besarle, de notarse junto a él, lo abrazaba fuertemente, pero aun así continuaron la marcha dispuesta por él.
Paseaban nuevamente, pero esta vez ambos se sentían a mil por horas. Hasta la playa habían llegado, sentados en la arena y mirando al mar, cuando se disponía a hablar con ella, pero en ese mismo instante ella se dispuso a besarle nuevamente los labios, con mucha ternura y sensibilidad, volviéndole loco y callando todo aquello dispuesto a soltar. No se atrevió a decirle nada, y allí estaban besándose sin parar, ahora tumbados en la arena.
Aquella situación de amor y sexo comenzó a calentarse demasiado y la ropa comenzaba a desprenderse de ambos amantes en la arena. No, no, el chico sabía que no podía hacer eso, que no podía seguir; que tenía que parar; pues la vida de otra persona se estaba rifando en aquellos momentos de pasión.
Se armó de fuerza, apretó los puños y se alejó con rudeza, la chica sorprendida se levantó impulsada por la impresión, y no tardó en preguntar que le pasaba, el por qué de aquel arrebato.
- Mi amor, no haría nada que de ello te costara la vida, pues te quiero mucho y prefiero morir yo sólo, y tú desde ahora deberás conseguir a otro que te de igual o más amor que yo- contestaba el chico con una voz ronca y a su vez se inundaba de lagrimas los ojos.
Ella interrumpió- ¿Qué te pasa, por qué dices eso?
- Me muero, tengo SIDA y no quisiera transmitirte la enfermedad, sería demasiado para mí - volvió a decir el chico rotundamente con el corazón en la mano-
Inmediatamente después, el silencio se apoderó del ambiente entre los dos, y lloraban sin parar, lágrimas de tristeza, pues uno de los dos se marchaba y para siempre.
Después de un rato, lo abraza con fuerza y con los ojos cerrados, le contestó con firmeza:
- ¡Hazme el amor! En este mundo y en estos momentos lo que más quiero eres tú, te quiero de corazón, y vivir con la idea de no tenerte me mataría, quieras o no.

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MICRORELATO INFANTIL

AZULITO OREJAS GRANDES

El osito de Aida se llama Azulito. ¿Sabéis por qué…? Porque es de color azul. Un día, Pedro, su papá, lo sacó de un baúl y se lo regaló.

- Este osito fue mío, Aida. La abuela Angelines, que es mi mamá, me enseñó a hablar con él. Me preguntaba: “¿Dónde están las piernas del osito? ¿Y los brazos? ¿Y la cabeza? ¿Y la tripa?”.

- Yo ya lo sé, papá- dijo Aida.

- ¿Pero a que no sabes qué tienen que hacer los ositos antes de irse a la cama?

- No.

- Lavarse las manos, la cara y los dientes, lo mismo que los niños.

Al saber que el osito había sido de su papá, Aida le cogió mucho cariño y lo llevaba a todas partes.

Un día fue de excursión con su colegio y cuando llegaron a un lago le pregunto:

- ¿Quieres bañarte, Azulito?

Como no contestó, Aida lo metió en el agua. Pero Azulito no sabía nadar y se hundió.

- ¡Socorro! ¡Socorro! ¡Mi osito no sabe nadar! –gritaba Aida.

Unos patitos que nadaban en el lago oyeron sus gritos y sacaron a Azulito del agua.
Pero se había estropeado. Tenía la cabeza, los brazos, las patas, la nariz y el ombligo rotos. Papá dijo:

-No importa. Yo soy médico de muñecos y sé curarlo.

Puso a Azulito encima de una mesa, cogió la caja de la costura y lo cosió por todas partes. Después, fue a la cuerda de tender la ropa y lo colgó de las orejas con dos pinzas.

-Cuando se seque, quedará como nuevo- dijo.

Pero las orejas se le estiraron mucho y…Aida se echó a llorar.

-¡Mi osito se ha hecho daño en las orejas! ¡Y está muy feo! ¡Ya no podré sacarlo a la calle! ¡Mis amigos se reirán de él!

-Escucha, Aida –dijo su papá-. Mamá y yo te queremos mucho, y nos da igual que seas fea o guapa. Tú puedes seguir queriendo a Azulito aunque le hayan crecido las orejas.

Aida miró a su osito y dijo: Te quiero, Azulito Orejas Grandes.

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CORRECCIÓN DEL TEXTO SIGUIENTE


Un hombre el cual se le perdió su hija que era India. No sabía si la habían secuestrado o se la había llevado su mujer, pero la desesperación era grandísima. Al final se la encontraron muerta en un desván.


Mi corrección es:

Un hombre, al que se le perdió su hija india, no sabía si la habían secuestrado o se la había llevado su mujer. La desesperación era grandísima. Al final, la encontraron muerta en un desván.

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